domingo, 10 de julio de 2016

Reflexión Teórica 27/6 : Tomar la palabra

La teórica iba de la mano con el ejercicio de diálogos que teníamos más tarde en el taller, donde  cada uno transcribíamos su audio en una hoja, la pegábamos en la pared y luego leíamos las transcripciones de los demás.
Uno se plantea hasta qué punto el contenido de la palabra es relevante o no a lo que se está viendo; ¿aporta algo?  ¿Es mejor callarlo? Se discutió también la verosimilitud de la palabra, si es que convence o no al espectador de la situación que le exponen frente a él. Hay veces en las que sí funciona como en el episodio “El beso de Judas” de la serie Okupas (2000) de Bruno Stagnaro en donde los actores eran claramente no profesionales, gente de barrio, clase baja, a excepción de uno, Ricardo, de clase media. La tensión entre ambos lenguajes con los que se expresaban no sólo eran realísticos sino que resaltaban una situación incómoda entre los tranzas y Ricardo que mostraba confusión ante ciertas palabras de una jerga que desconocía.
Si Okupas daba esa sensación de habla verosímil, el film de Rejtman “Los guantes mágicos” mostrado en clase era exactamente lo opuesto. El director tuvo la idea de hacer que los actores profesionales malinterpretaran el texto, lo dijeran declamándolo, de esta manera uno perdía el sentido de lo que decían. Por eso es que los diálogos, la palabra o la falta de ella es crucial para cualquier pieza audiovisual; una decisión importante a tener en cuenta ya que su contenido termina facilitando (o no) lo que se quiere transmitir.

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